Espero que esta semana al pasar por los episodios sobre el estrés y la ansiedad hayas descubierto que quizás estas vulnerabilidades son frecuentes, así las personas no suelan hablar mucho de ello.
Dios no espera que tu forma de madurar sea llegar a la autosuficiencia de modo que tengas todo bajo control por ti mismo. Él desea ser tu Padre, que puede cuidar de ti cuando te sientas estresado, ansioso y temeroso, puedas correr a sus brazos como un niño lo haría cuando se siente asustado. La solución para los problemas ansiosos es conocer y disfrutar de una relación segura y eso es lo que tu Padre te ofrece. Solo así será posible cumplir su consejo, de echar toda ansiedad sobre él porque tiene cuidado de ti.
Esta es una invitación que está siempre, pero nos es difícil vivir, porque no es fácil entregar el control. Es una batalla campal en nuestros corazones temerosos, que cree que, si no hacemos las cosas por nosotros mismos, entonces, ¿quién? Y claro tiene sentido, porque es que no confiamos, porque nuestra confianza básica pudo haber sido muy afectada.
Añadimos a esto que todos conocemos esa amable invitación de la Palabra a echar nuestra ansiedad sobre Él porque tiene cuidado de nosotros, pero aprender a hacerlo puede ser un camino de duro aprendizaje. A veces nuestra mente va por un lado y nuestras emociones van por otro y eso nos deja en un estado de culpa y desánimo.
Recuerdo una paciente que estuvo a punto de quitarse la vida, porque sentía que su ansiedad era falta de fe. Lo que realmente tenía era una mente desgastada por años de trasnocho en su preparación profesional, muy demandante. Con el debido tratamiento integral que incluyó una visita a un buen psiquiatra, logró recuperar su cerebro agotado y ahora es una exitosa profesional y madre. Además, trabajamos con ella algunas escenas de trauma en las cuales había estado expuesta al bullying. Tenía un trauma de base que debía tratarse.
Este abordaje que tiene en cuenta los posibles factores en conjunto tales como un posible trauma infantil, factores fisiológicos, así como circunstancias presentes desencadenantes son muy importantes de considerar a la hora de tratar este tipo de trastornos. Esto permite encontrar un camino de recuperación. No debemos descartar una posible atención especializada.
Es tiempo de dar libertad a las personas que sufren de problemas de salud mental, sin ponerles una carga extra al presionarlas a tomar el control, a calmarse, cuando precisamente ese dolor, trauma, o pecado en algunos casos, precisamente es lo que lleva al descontrol. Las Escrituras nos plantean un enfoque integral e integrativo, de todo el ser para alcanzar el balance en la vida completa y la santidad que Dios anhela para nosotros.
Pablo lo dice con claridad en 1 Tesalonicenses 5:23: ¨Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo¨. ¿Quién nos da la paz? El Dios de paz. ¿Quién es el que completa las cosas en nuestro ser integral? El Dios de paz.
¿Qué has descubierto esta semana de tu propio camino para lidiar con tu propio estrés y ansiedad? Espero que el primer paso que es el darte cuenta, te ponga en la ruta de no rendirte, para empezar a revisar que herramientas de esta semana puedes incorporar a tu recursividad. Y como siempre, si no encuentras la ruta, puedes buscar ayuda.
Recuerda que no se trata de sobrevivir, porque la vida abundante y con esperanza son para ti. Es importante que no nos rindamos a una vida de poca calidad por este tipo de trastornos. Así que Dios te bendiga y te puedas recuperar, si este es tu caso.