¿Quién no quisiera que los deseos de prosperidad, salud y bendición que se ponen en los mensajes, tarjetas y en todo lo que nos mandan en año nuevo se cumpliesen?
No sé cómo fue para ti este año que está concluyendo. Si se cumplieron tus anhelos y puedes hoy experimentar mucha satisfacción o si por el contrario fue un año muy complejo y experimentaste grandes frustraciones.
Seguramente, algunos experimentamos muchas cosas satisfactorias, pero también grandes pruebas. En mi caso viví transiciones, cambios de ciudades, movimiento, el fallecimiento de mi madre, una cirugía vital ante un riesgo muy grande. En general cosas que no esperaba vivir. Uno sabe que algunas cosas pueden pasar, pero cuando ocurren es como si de alguna manera te tomaran por sorpresa. Yo tuve proyectos truncados, viajes cancelados y cosas que me sorprendieron. También oportunidades especiales y momentos, que, en medio del sacrificio, fueron satisfactorios. En fin, puedo decir que fue un año de prueba grande para mi fe, donde por momentos me sentí confundida sobre los planes de Dios para mi vida, en el futuro.
Sin embargo, también experimenté la bendición de proyectos que tenía pensados hace tiempo. Especialmente el de Vulnerabilidad, pues tanto el libro como el podcast me llevaron por nuevas dimensiones de gracia. A veces fue un milagro que salieran algunos episodios, pues estaba enferma.
La enfermedad y la posterior cirugía, permitió que muchos oraran y aportaran en mi recuperación y puedo decir que me sentí muy amada y acompañada en momentos tan críticos. Eso me hizo recordar el capítulo de 2 Corintios 1, en el que se basa mi proyecto, en el cual Pablo, como un libro abierto, explica todo lo que le ha estado pasando y cómo esto ha redundado en una bendición para toda la comunidad. Una bendición de oración y de consolación.
Así lo experimenté. Llegaron mensajes, ofrendas, palabras de ánimo de personas que no esperaba y las muestras de amor y cuidado fueron muy especiales. Estoy muy agradecida con mi familia, mis amigos y mis hermanos en la fe. Yo aprecio el amor práctico que no solo está en palabras vacías, porque su amor fue muy real. Gracias.
En este nuevo año me identifico con la oración de un sabio anciano que en el Salmo 90 escribió lo siguiente:
“Señor, Tú has sido un refugio para nosotros
De generación en generación.
Antes que los montes fueran engendrados,
Y nacieran la tierra y el mundo,
Desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres Dios.
Haces que el hombre vuelva a ser polvo,
Y dices: «Vuelvan, hijos de los hombres».
Porque mil años ante Tus ojos
Son como el día de ayer que ya pasó,
Y como una vigilia de la noche.
Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño;
Son como la hierba que por la mañana reverdece;
Por la mañana florece y reverdece;
Al atardecer se marchita y se seca”
No siempre estamos tan conscientes que nuestro paso por esta tierra es temporal y que Dios cuenta el tiempo muy diferente. Por ejemplo, nuestra vida hoy ya es un milagro de su misericordia. No sé si te pasa, pero es fácil dar por sentado que vivirás, que estarás bien, que llegarás a viejo y feliz. Yo cumplí años en este 2024 en plena recuperación de mi cirugía y me di cuenta de que no esperaba algo así tan pronto, porque me parece que estoy joven. Pero ¿sabes que las cuentas de Dios son diferentes? Sus planes están escritos en la eternidad para ti y para mí y no dependen de la vanidad de la vida.
Él es Dios desde la Eternidad hasta la Eternidad y es nuestro refugio ayer, hoy y siempre. Lo que pasa es que a mí se me olvida fácilmente que en primer lugar lo necesito mucho más de lo que reconozco y que su protección es vital para mi existencia. También olvido fácilmente la futilidad de mi vida terrenal y que hoy vivo un día más por su don y su milagro en mí.
Teniendo en cuenta esta perspectiva me pregunto y te pregunto: ¿Cómo podemos vivir diferente este nuevo año con esta conciencia? ¿Cómo te da seguridad plena el saber que Él es tu refugio y que estás en sus manos? Además, que todos sus planes y voluntad en tu vida se cumplirán.
Esto me da paz en medio de las incertidumbres y temores que me asaltan con frecuencia en estos días. Porque tarde que temprano todos volvernos al polvo; todos somos hierba de un día, pero estamos en sus manos. Que cada día es un regalo y una concesión de su parte, es algo de lo que debemos ser muy conscientes. Esto está claro en los versículos más adelante en el 9 en adelante:
“Acabamos nuestros años como un suspiro.
Los días de nuestra vida llegan a setenta años;
Y en caso de mayor vigor, a ochenta años.
Con todo, su orgullo es solo trabajo y pesar,
Porque pronto pasa, y volamos.
¿Quién conoce el poder de Tu ira,
Y Tu furor conforme al temor que se debe a Ti?
Enséñanos a contar de tal modo nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría.
Vuelve, Señor; ¿hasta cuándo?
Y compadécete de Tus siervos.
Sácianos por la mañana con Tu misericordia,
Y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días.
Alégranos conforme a los días que nos afligiste,
Y a los años en que vimos adversidad.
Sea manifestada Tu obra a Tus siervos,
Y Tu majestad a sus hijos,
Y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos;
Sí, la obra de nuestras manos confirma”.
Que oración tan apropiada hace Moisés al final de este Salmo. Espero que seas consciente de cómo te rodean su bondad y su misericordia. Que todo lo bueno que tienes, que eres y serás, solo será gracias a Él y su misericordia.
Que este año, entonces, cada mañana te levantes saciado de misericordia, agradecido y consciente. Que la alegría te persiga, y los días de aflicción pasen. Que pase la adversidad y que su obra sea manifestada en ti, si decides servirle con todo tu corazón. Que sea un año de servicio al Rey de Reyes. En resumen, sea su Gracia sobre ti y sobre mí. Voy a copiar estos versos y los pondré en un lugar muy visible, para que no se me olviden.
Y por supuesto, que la obra de nuestras manos confirme. En la nueva versión Viviente dice: Haz que nuestros esfuerzos prosperen.
Haz tus mejores esfuerzos y pon diligencia en tus metas, pero recuerda que solo es por su Gracia que él hará prosperar tus caminos. Que disfrutes un año nuevo con todas estas bendiciones que van mucho más allá de prosperidad terrenal.