En nuestro episodio anterior estuvimos hablando de la diferencia que hay entre enfocar nuestra vida en el proyecto personas y amor o e nosotros mismos y el éxito de dichos proyectos. No tiene nada de malo tener proyectos personales, pero si es problemáticos si éstos no corresponden a las prioridades que Dios tiene para nosotros.  

En el episodio de hoy nos enfocaremos en lo que nos enseñan sobre este tema y cómo seguir ordenando nuestra vida, proyectos y rutinas alrededor de lo que es más importante: crecer en el conocimiento de Cristo.  

Leemos en Colosenses 3 del 12 al 17, lo siguiente:  

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.  

Nota que el crecimiento en el amor es una de las metas más importantes que Dios tiene para nosotros, de donde conocer y crecer en el conocimiento de Cristo implica crecer en su amor. Cualquiera diría bueno no me interesa un curso de teología para conocer más a Dios, o tal vez diría oh bueno voy a ir a un mayor conocimiento de Dios a través de un curso en un seminario en un instituto. 

Sin duda eso puede ser conveniente, porque conocer las escrituras a profundidad es muy valioso, sin embargo, el conocimiento del cual nos está hablando esta epístola no es religioso, sino práctico. Tiene que ver mucho más con del carácter del discípulo de Cristo, el cual debe dar su fruto a través de acciones visibles y concretas.  

Hoy una colega y consierva muy querida, que sabe que estoy luchando con el tema de mi salud y mi alimentación e hizo algo muy práctico hoy, y dejándose interrumpir por el Espíritu Santo me escribió preguntándome acerca del tipo de comidas puedo comer. Es lo que he llamado el ministerio de la sopa a los enfermos; algo práctico amoroso que anima a quien le hace falta. Dirás yo no tengo mucho para hacer eso y dar a otros, pero ¿sabes qué? Es una acción sencilla que requiere cierto sacrificio y cambio en la agenda de alguien, pero que se convierte en amor poderoso que marca la diferencia en la vida y el día de alguien.  

Hemos hablado en episodios de mi podcast del año pasado sobre la lo fácil que es que nuestra rutina diaria se llene de actividades de tal manera que no tenemos tiempo para pensar, ni en nosotros mismos ni en los demás, sino solamente en el hacer. Sin duda es complicado salir del correr, correr del día a día, de las responsabilidades, de las cuentas que hay que pagar, de las obligaciones, en fin.  

Tenemos a diario oportunidades de crecer en una manera práctica en este mandamiento y ante todo en el conocimiento práctico de Jesús. Este amor necesita crecer todos los días.  Se hace necesario salir del juego de la religión. No se trata de asistir a una iglesia solamente, o participar de tu grupo pequeño en donde te sientes tan cómodo y te sirven a la mesa.  Tienes mil oportunidades de crecer en generosidad y de pensar en los demás.  

Sigamos revisando nuestras vidas, finanzas y proyectos de tal manera que podamos poner en forma práctica el servicio y el sacrificio por otros de una manera constante y parte de nuestra vida. No se trata de limpiar nuestra conciencia participando de una campaña anual de donativos o de dar de vez en cuando, si bien esto es válido. Se trata de un estilo de vida donde activas y pones al servicio de Dios todos tus dones y todo lo que te ha dado, incluida tu familia.  

Si quieres crecer en el conocimiento de Cristo este año, haz parte de tu vida estas prácticas que nos recomienda hoy el apóstol, para que crezcas en carácter y en amor. Recuerda que hay muchísimas personas que están en necesidad en este momento. Estamos recogiendo donativos por la crisis de desplazamiento del Catatumbo, comunícate con tu asociación de pastores, con Cedecol en Colombia. Ahí te dirán donde llevar tus donativos.  

Pero si no estás de este país, busca tu propia región, qué puedes hacer por otros. O darte cuenta quien está alrededor tuyo, enfermo o en necesidad de oración. Interrumpe tu agenda y haz lago práctico.  Que sea el amor parte de tu rutina diaria.    Dios te dirá que hacer con aquellos que están en necesidad a tu alrededor.    

Acuérdate de los enfermos, los presos, las viudas, lo que están solos. No vivas solo para ti mismo. Se parte de este ejército de amor en el que Dios muestra su compasión y extiende sus brazos a otros.  

Adentrándonos ya casi al si el segundo mes del año se supone que a este momento ya has planeado más o menos tu vida. Bueno que los demás sean parte de tu vida y que estas prácticas sean el día a día de tu estilo de existencia. Eso te hará mucho más que feliz y bienaventurado y sin duda crecerás en tu conexión con el Cielo.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *