En el episodio de hoy te hablaré cómo te puedes mantener bien enfocado en medio de las crisis. Te estaré hablando de resiliencia emocional y espiritual.
Arranquemos con la teoría clásica sobre las crisis, que nos dicen que son inevitables y nos plantean bien sea una oportunidad o un peligro. Seguro ya lo hemos escuchado por ahí en un taller o una conferencia, pero otra cosa es cómo te afectan cuando te llegan ¿Logras mantenerte enfocado en tus metas y eres perseverante o sueles renunciar a tus ellas rápidamente ante los obstáculos?
Si pensaras en un animal con el cual te identificas ante una amenaza, ¿cuál escogerías?: ¿Un león feroz que se para en un monte rugiendo para demostrar a todos que eres el vencedor? ¿Un gatito que sale corriendo a esconderse bajo la cama, cuando percibe el peligro?, o ¿un perro que ladra o ataca a su posible enemigo, cuando se ve amenazado? ¿O podría ser uno de esos como algunos monos, hormigas que no se rinden fácilmente, y son perseverantes en mantenerse en la ruta, o en su objetivo mientras trabajan en equipo?
¿Te rindes?, ¿perseveras? ¿Te retan las crisis? O, ¿te derrotan antes de que aparezcan en la esquina de tu calle? En mi caso, mi personalidad es un poco peligrosa, porque las crisis me retan y no me rindo fácilmente. Algunos podrían decir que eso es ser obstinado. Me gusta esta definición de perseverancia: “voluntad de mantenerse sin vacilar aún en medio de fuertes retos y dificultades, es clave para una vida firme con Jesús”.
No estamos en la era de la perseverancia, porque nuestra tolerancia a la frustración se ha ido reduciendo con el tiempo. Tendremos que aprender herramientas muy importantes si queremos mantenernos enfocados a pesar de la crisis. ¿Cómo medirías tu nivel de tolerancia cuando las cosas no salen exactamente cómo te imaginas? Y ¿cuándo los demás no hacen las cosas a tu modo que haces? ¿Empiezas a controlar de manera compulsiva o sencillamente te vas frustrado?
Te dejo con dos textos que nos hablan de bella manera sobre la perseverancia. “Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró” (2 Tesalonicenses 3:5). Eso quiere decir que quizás, Jesús tuvo la tentación de tirar la toalla. El otro texto es: No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
(Gálatas 6:9) ¿Sueles darte por vencido con facilidad? Este es el momento en que debes prepararte para tu próxima crisis. Cuando en este año vengan días oscuros y crisis inevitables, recuerda: persevera, sigue enfocado en la meta y mantente en su bondad.