Hoy estaremos revisando la otra parte del salmo 31
que habla del amor inagotable. Inagotable suena muy bien, ¿cierto? Nuestros ahorros se pueden agotar, nuestras fuerzas se pueden agotar, nuestros recursos se pueden agotar, nuestras ideas se pueden agotar.
Y en otras cosas hemos estado viviendo como ciudad de un racionamiento. Inicialmente fue muy crítico porque acá 8 días un racionamiento de agua. Luego lo están haciendo cada 20 días pero llevamos bastantes meses con racionamiento.
Ahora nos dicen que por la sequía es posible que tengamos racionamiento, no solo de agua de forma más frecuente sino de agua, de gas y de electricidad. Esos son cosas que nos ponen en una situación como incomodidad, incertidumbre. Realmente se van a agotar los recursos, señor.
Lo lindo de este texto está en el versículo 30, en el capítulo 31 de los salmos versículo 7.
Comienza así. Me gozaré y me alegraré en tu amor inagotable porque has visto mis dificultades y te preocupas por la angustia de mi alma. Cuando estamos angustiados a veces sentimos que nadie se preocupa o entiende realmente lo que nos está pasando.
Es muy lindo saber que alguien ve mis dificultades, se preocupa por ellas. Muchas personas se preocupan por nosotros, claro que sí, pero una cosa es tener una mirada del ser humano y otra cosa es que alguien que es todo poderoso, que tiene una fuente inagotable de su amor para nosotros, se preocupe y se encargue. Eso es maravilloso.
Dice el versículo 8. No me entregaste a mis enemigos sino que me pusiste en un lugar seguro. El día de ayer hablamos de cuál era ese lugar seguro. Todos necesitamos
sentirnos parados en una tierra firme.
Todos necesitamos saber que hay una fuente inagotable que no se va a secar, que aunque todos nuestros recursos lleguen a su fin, hay un recurso eterno con el cual contamos para siempre. Más adelante el salmista, que es David, en otras cosas, habla de la misericordia que necesita de parte de Dios, por causa de que ha vivido una crisis moral muy muy grande. Dice, ten misericordia de mi Señor porque estoy angustiado, dan lagrimas de nubla en la vista, mi cuerpo y mi alma se marchitan, estoy muriendo de dolor, se me acortan los años por la tristeza.
El pecado me dejó sin fuerzas, me estoy consumiendo por dentro. Todos mis enemigos me desprecian y mis vecinos me rechazan. Ni mis amigos se atreven a acercarme.
Cuando me ven por la calle salen corriendo para el otro lado. Esta fue una gran crisis que tuvo David en una edad mediana de su vida cuando tuvo una crisis moral en donde tuvo muchos enemigos que le estaban persiguiendo para destruirlo. Más adelante pasamos a una parte muy linda en donde David se da cuenta de que sí está frente a una fuente de bondad para su vida, una fuente de perdón, una fuente de restauración, una fuente inagotable de misericordia, que es lo que el Señor nos ofrece cuando te das cuenta de que tu vida está quebrada, que te has equivocado grandemente.
Hay una fuente a la cual puedes decir, es decir, wow, qué rico, puedo beber de las aguas de tu misericordia, un estanque inagotable de amor y de bondad. Dice el 10, versículo 19 ¿Qué grande es la bondad que has reservado para los que te temen? La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección y los bendices ante la mirada del mundo.
¿A quién no está diciendo que Dios está esperando gente perfecta para poder la
bendecir? Dios está esperando gente humilde que lo busca, que busca su protección.
Versículo 20. ¿Los escondes en el refugio de tu presencia? ¿A salvo de los que conspiran contra ellos? ¿Los protejes en tu presencia? ¿Los alejas de las lenguas acusadoras? ¿Alaven al Señor? ¿Por qué me ha mostrado las maravillas de su amor inagotable? ¿Me mantuvo a salvo cuando atacaban mi ciudad? Lleno de pánico clamé, me han separado el Señor, pero tuviste que suple que misericordia y respondiste a mi pedido de auxilio.
¿Saben qué? Se vale pedir a auxilio, se vale no estar bien, se vale sentir angustia,
porque se es parte de nuestra existencia. A veces reciben muchos mensajes que nos quieren decir, no, pero mira, todo va a ser bien, mira, no sientas mal, no te sientas mal, no, el punto no es ese, el punto es ¿dónde te vas a parar? ¿Con quién cuentas para esta crisis en tu propia debilidad? El Señor protege los que les son leales, así que sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor. Entonces nuestra fortaleza no viene a nuestro propio recurso de nuestra propia fe, viene de la en quién estamos poniendo nuestra confianza y nuestra fe.
Creo que a veces es fácil pensar, cierto, cómo podemos manipular las cosas para que todo esté bien y porque todo salga bien, ¿no? No las podemos mover para allá, él es el que puede protegernos, él es el que puede salvarnos, él es el que puede rescatarnos. En medio de nuestro pánico podemos clamar, rescatame Señor, rescatame y no permitas que nada ni nadie me separe de ti. Esa es tu oración para este día, así que eso mismo clamo en mi propia vida y que Dios te bendiga en este día.